Letter from a broken woman

Muchos pensarán que estoy loca, otros pensarán como yo, ya que creo que el pasado nunca queda atrás, siempre me persigue a donde voy y eso duele.

Sabía que iba a cometer un error… otra vez; el humano es el único animal que tropieza con la misma piedra dos, tres, cuatro y hasta cinco seguidas, pero parece que me he enamorado de esa piedra.

Ahora que ya ha pasado la tormenta sé que no puedo pedir que alguien me quiera, ya que ni siquiera me quiero a mi misma.

Soy consciente de mis fallos, pero no sé vivir sin ti, me he acostumbrado a tu presencia y ahora que no estas me duele el pecho y nada lo cura.

Después de tu partida me reproché el haber cruzado esa línea, ese margen que separa las relaciones; por un momento creí poder ser feliz, incluso viví un poco eso, pero ahora me doy cuenta que no puedo serlo aunque quiera.

¿Para qué me quejo? Ya todo se acabó, y por mi culpa te fuiste, por mis inseguridades. Aquel día fue muy gris, yo no quería que te marcharas y aun así te dejé partir. Tendría que olvidarte, ya nadie piensas que volverás, pero como ya sabes, soy muy cabezota y no voy a dejar de esperarte, confío en ti y sé que regresarás tarde o temprano, aunque solo sea para saludar.

Algunas veces sueño con eso, de poder ver otra vez tu cara y correr a tus brazos y llorar. Cuando parase te preguntaría: "¿Te acuerdas del final de esa fiesta?" Te quedarías a cuadros, ya que no sabrías que responder o tal vez, y solo tal vez me preguntaría cuales, ya que hubo muchas; gritaría entusiasmada: "¡TODAS!" Y sonreiría como una boba… También sé que no me creerías ya que en la última peleamos.

Sé que no tiene perdón lo que hice, el desconfiar de tu futuro esposo no es bueno, y mucho menos el decir cosas del pasado que técnicamente estaban olvidadas. Te hice daño y me arrepiento mucho, pero yo no tenía ni idea que te irías, si lo hubiese sabido nunca hubiera gritado esas palabras llenas de veneno.

En tu carta de despedida ponía que resolviera mis problemas, que me cuidara y que me amarías toda la vida. Lloré mucho, te juro que me arrepentí de gritar lo que grité en la fiesta en el mismo momento en que vi cara… ¿Por qué no me gritaste de vuelta? Si lo hubieras echo me sentiría mucho mejor, pero te fuiste sin que hablásemos, sin que cortásemos y más encima me dejas esa carta que me tortura todos los días… Aunque me merezca todo me hubiese gustado decirte: "Gracias…Te amo…"