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Genero: Tragedia
personajes: Naruto U. & Sakura H.
Estado: completa
Tipo: relato
Nuevamente observo a Sasuke desde la distancia, estaba acompañado de su hijo, un niño de pelo negro y ojos blancos y yo solo me quedo pensando ¿Qué tenia Hinata que yo no tuviera? Yo soy hermosa, fuerte, divertida y muchas cosas que ella no, en estos momentos ese niño seria nuestro, tal vez el tuviera el Sharingan y el pelo tal vez también negro, de solo pensar en todo el tiempo que había esperado por él en vano me hace llorar, yo… yo estaba tan ilusionada con hacer mi vida con él, incluso ya había planeado los nombres de nuestros hijos, la decoración del que seria mi hogar, nuestras primeras vacaciones en familia, pero no, ya no podía hacer mi sueño realidad, solo por que ella se había puesto en mi camino.
Pero se me ocurrió una idea, algo que pensé que no fallaría, aceptaría a Naruto solo para darle celos a él, para darle celos a ella quien había estado enamorada de Naruto desde la academia, seria un plan sin fallas, algo que nos beneficiaria a mi y a ella, era perfecto.
Pero las cosas no fueron como yo quería, ellos seguían unidos y no se molestaban por nosotros, sino que nos felicitaban ¿qué estaba mal? Creí que era un buen plan, pero note algo, Naruto estaba feliz, más de lo normal, todos los días me llevaba rosas, compró un departamento solo para que viviera cómoda, se acordó de nuestro primer mes de novios cosa que yo no hice, pero me sentía extrañamente… feliz.
A mediada que los días pasaban yo tenía más cosas que Naruto me regalaba, pero yo no le demostraba emoción alguna, yo solo quería a Sasuke.
Un día estaba paseando por el parque vi a la familia Uchiha, Sasuke y su hijo jugaban mientras que Hinata solo les sonreía con su vientre levemente abultado, esperaban a su segundo hijo, y sentí una pulsada extraña en mi pecho, un extraño sentimiento, y me di cuenta de que… de que estaba feliz por ellos, de que lo único que sentía era envidia de que ellos tenían una familia mientras yo solo había descuidado a Naruto, y me di cuenta de que yo lo amaba, amaba a Naruto a pesar de todas las cosas que le dije, él siempre me esperaba, él siempre me ha esperado pero yo nunca me había dado cuenta.
Con todas las fuerzas de mis piernas corro hacia nuestro departamento, lo llamo pero él no me responde, entro y lo sigo llamando pero aun no me contesta, voy a la cocina pero el no esta ahí, pero noto algo extraño, encima de la mesa hay una carta, la abro y veo la letra de Naruto, con una sonrisa empiezo a leerla pero esta se va borrando y una expresión de miedo la sustituye, las lagrimas caen de mis ojos y suelto la carta, corro hacia la habitación con miedo de lo que pueda pasar y cuando entro… veo a Naruto, con dos Kunais clavadas en su cuerpo, una en su estomago y otra en su pecho.
-No, ¡Naruto! –Grito con desesperación cayendo de rodillas, no podía lo creer, lo había perdido -No me puedes dejar sola -susurro estirando una de sus manos temblorosas hacia el cuerpo sin vida -Lo que escribiste en esa carta no es cierto tonto, Yo siempre te e amado –volví a gritar tapando mi rostro con mis manos y sigo llorando con desesperación.
En el funeral…
Las personas se acercaban a mi, diciendo cosas sobre él y solo me hacían llorar más, no quería seguir oyéndolos, no podía seguir oyéndolos.
-Hoy hemos perdido a un gran amigo y hermano, alguien que nos protegió muchas veces del final, una persona que fue amada por pocos y odiadas por muchos, recemos por los restos de Naruto Uzumaki –oigo al orador, toda la aldea había asistido a su entierro pero poco tiempo después empiezan a irse por la lluvia a excepción de la familia Uchiha y yo, pero les pido que me dejen sola, ellos protestan pero lo hacen.
-Te amo Naruto –le susurro al viento con mis lágrimas fusionadas con la lluvia y luego caigo de rodillas sobre su tumba. Su nombre sigue saliendo de mis labios…
Naruto…
Lo había perdido…